26 d’abril 2016

Una corriente de solidaridad que no para.

Ya va a hacer tres meses que se inició esa corriente de solidaridad: un grupo de alumnos del instituto decidieron hacerse donantes de médula y de sangre el día que cumplieron los 18 años. Es una decisión maravillosa, solidaria, fantástica, emocionante y que sirve para callar la boca a aquellos que se dedican a atacar a los jóvenes por el hecho de serlo. Todo empezó a raíz de que una amiga muy cercana y muy joven también había caído en las garras de la leucemia. 

En nuestro entorno fue como una bomba que nos dejó paralizados, sin saber cómo reaccionar, inmersos en un dolor que estaba corroyéndonos. Pero  hubo alguien que sí que se alzó y dijo basta de llorar y de lamentarse, hay que actuar en la medida de nuestras posibilidades. Y así nos sumamos a  la iniciativa de Francesca, la que no se doblegó, la que se alzó, y fuimos pasando por el hospital de Sant Joan cada martes a donar médula. 

Primero los amigos más cercanos, luego los amigos de los amigos. Finalmente nos convertimos todos en apóstoles de esta iniciativa y con gran ilusión yo personalmente traje la iniciativa al instituto. Solamente podían hacerse donantes los alumnos de 2º de Bachillerato, y no todos, porque tienen que tener cumplidos los 18 años, pero he informado a otras clases de 1º y de 4º ESO. Pero esto no fue ningún obstáculo y cada día se iban sumando más y más alumnos. Por ahora hemos llegado a los 20, pero del instituto ya son seis. 

Aquí os  pongo las fotos de mis alumnos más la hermana de Yousra.